La aventura en kayak en estas costas pristinas, permite el acceso a los expedicionarios a cadenas de bahias y costas acantiladas, que solo tienen acceso por mar, entre lobos marinos y ballenas los kayakistas recorren durante días el paraiso. Esta es una de las opciones de aventura que recomiendo realizar en nuestra localidad, la ofrecen Pablo Passera y Sofía Benegas. Una familia de aventureros por naturaleza, que crearon Patagonia Explorers, empresa de viajes y expediciones en kayak de mar por Patagonia. Ellos son vecinos de Puerto Pirámides y también organizan salidas dirias en kayak a la lobería de Punta Pirámide. Una posibilidad sencilla y fácil de conocer la costa y a los lobos marinos.
Con Cecilia, mi mujer, realizamos varias excursiones con esta pareja de amigos aventureros. Recuerdo una travesía en kayak que hicimos por el golfo San José. Fueron 3 días de recorrer por mar, varios kilómetros de la costa de Península Valdés. Una vivencia exclusiva con la naturaleza salvaje, en el encuentro de la estepa infinita y el mar, conducidos por 2 guias baqueanos que la reman. La organización que implica colocar varios kayaks en el agua requiere mucho conocimiento de todo lo relacionado al mar en la zona y los permisos especiales para poder hacerlo. La disciplina está muy reglamentada dentro del área protegida. Son apenas 3 ó 4 las empresas que pueden ofrecer este servicio.
Después de establecer la logística necesaria para lograr llegar al lugar de salida, con las reservas compradas en Puerto Madryn y Puerto Pirámides, comenzó la aventura. Viajamos tres horas por ripio, en ellas tuvimos que pasar 8 tranqueras, con 2 camionetas 4×4, una de ellas tirando un trailer especial con los kayaks y parte del equipo. Llegamos a una playa al atardecer, para pasar la noche y sería el lugar de partida al despuntar el alba. Bajamos de las camionetas y guardamos dentro de cada tambucho de los kayaks cantidades suficientes de agua dulce, comida, y snacks caseros de pura energía, para los próximos días. El servicio que ofrecen, incluye un campamento con carpas (tiendas), bolsas de dormir que tienen mucha tecnología y ocupan poco espacio. Así que tuvimos todo lo necesario para acampar por las noches y pasarla como los dioses. La ansiedad de salir a explorar y que empiece la acción, nos llevó a preparar los kayaks, para una corta travesía de reconocimiento hasta Punta Buenos Aires. Un lugar desolado que junto a Punta Quiroga forman la entrada del Golfo San José. Antes que baje el sol ya estábamos de regreso en el lugar para armar campamento. Un rico asado con un fueguito en la costa, nos terminó de relajar. El cielo lleno de estrellas enmarcó la bienvenida y las charlas e historias que cada uno contaba, amenizaron la contemplación de una noche estrellada a mas no poder.
Tanto Sofia como Pablo, con la humildad que los caracteriza, educan sobre el escenario magnifico que envuelve la experiencia y la reconfortante sensación que dá saber minimizar la huella que dejamos. Solo improntas en la arena. Por la mañana la marea baja nos obligó a cargar los kayaks hasta el mar, nada que un buen equipo de exploradores con trabajo conjunto no pueda superar. Un clima espectacular nos acompañó durante toda la travesía. Una vez en el agua, el ritmo tranquilo y parejo que mantuvimos durante la remada nos permitió apreciar y sentir la fauna del lugar. Lobos marinos, algún pingüino nadaba por ahí y las infaltables ballenas anunciaban su plácida presencia a lo largo de toda la costa. Durante la expedición, unas 60 ballenas pasaron cerca o por debajo de los kayaks. La transparencia del agua nos permitiió observarlas. Sus inmensos tamaños son proporcionales a la delicadeza de sus movimientos. Una de las posibilidades que permite esta forma de desplazamiento sin motor, es navegar en silencio y tener una integración muy armoniosa y respetuosa con el mundo marino.
Después de media hora de remada, pasamos navegando por una colonia de lobos marinos. Avanzamos tranquilos y maravillados, con un mar planchado y cristalino. Algunos lobitos se asomaron curiosos al costado del kayak. Después de costear varios kilómetros mas, llegamos a la playa de destino.
Varamos los kayaks y de un momento a otro, cinco minutos después… una picada al mejor estilo gourmet, especialidad de Sofi, estaba preparada. No faltan los tomates secos en aceite de oliva, mostaza de dijon y excentricidades que en un ambiente tan desolado y privado, toman una dimensión exquisita. Imitamos a los lobos marinos y descansamos un buen rato recostados en la playa. A las cinco de la tarde seguimos la travesía en kayak rumbo a Punta Conos.
Una formación rocosa única en la zona, atrajo nuestra atención. Pasamos todos bajo un puente natural en la restinga y al toque, llegamos al lugar del campamento, armamos las carpas y salimos a un breve trekking por la costa. Otra noche espectacular en Punta Conos, con pastas a la bolognesa. Un vinito acompañó la distendida charla, con el sonido de la respiración de las ballenas, envueltos en una noche eterna.
El trayecto hasta Playa Fracasso también estuvo colmado de ballenas, todas descansando y en relax, el mar calmo selló un recuerdo impresionante. Las ganas de llegar, por el cansancio acumulado se mezclaban con las ganas de seguir el viaje. Conocer el lugar desde el agua y en ese medio de transporte, se vuelve afición. Al llegar al punto de encuentro con la otra parte del equipo de trabajo. Las 4×4, nos esperaban para recorrer los 40 km que nos separan de Puerto Pirámides.
Para nosotros fue la primer aventura en Kayak por el Golfo San José. La vista de los acantilados desde los kayaks, el color de los atardeceres y la camaradería y profesionalismo del grupo nos permitió vivir y documentar esta experiencia a pleno.
Parte de la aventura consiste en poder contarla. Por eso también con Pablo disfrutamos de unas Pintas de Cervezas en el bar de un querido vecino, Brad Spitz «Cervecería Guanaco». Nuestra aldea turística, Puerto Pirámides ofrece alternativas también para disfrutar y conmemorar. Cada noche, los pocos restaurantes y bares, dispersos sobre la única avenida que circunvala Puerto Pirámides, Avenida las Ballenas, alientan el encuentro. Compartir las experiencias de aventuras vividas, es parte de la misma historia.
Como remarcan estos jóvenes emprendedores en su sitio web :» Trabajamos para que nuestros clientes vean sus expectativas cubiertas y superadas, se sientan a gusto, pasen un excelente momento y además obtengan mayor conocimiento acerca del ecosistema marino y costero de la Patagonia.» Si queres vivir la estepa patagónica, sabé que cada excursión que hagas, te brindará la posibilidad de sentir experiencias inolvidables en este contexto alejado de la humanidad, con la garantía que este grupo de jóvenes emprendedores, nacidos y criados en la zona tienen para brindate.