Las orcas son la atracción turística mas difícil que Península Valdés tiene para proponer al visitante, pero seguramente sea la mas brutalmente intensa. El pico de temporada alta de orcas es de solo 10 ó 15 días. El tiempo de ataque de las orcas a las crías de lobos marinos se da solo dos horas antes hasta 2 horas después de la marea alta. En ese momento el mar llega a donde los lobos marinos descansan.
Los lobitos marinos, nacidos a comienzo de año, al llegar marzo y abril, empiezan a separarse de sus madres. Se pasean por la costa, diviertidos en la rompiente, juegan a ser mayores, no se alejan del grupo de hembras que están en la playa, pero se agrupan y distraen entre ellos.
En su socialización infantil, van y vienen, nadan un poco, se mordisquean, un juego entre cachorros, mientras aprenden a seguir su instinto natural de ser mamíferos marinos.
Los nacidos en Punta Norte, y otras loberías de la zona con características morfológicas similares, se encuentran en un área circunnavegadas por las orcas, que en su necesidad fisiológica diaria de alimentarse, aprovecha esta época del año para tentarse por estas indefensas y distraidas criaturas, que se exiben en la rompiente de playas planas de canto rodado.
Apenas unos 30 ejemplares de orcas, se acercan a Punta Norte entre principios de Marzo y Abril. Los lobitos marinos, no escuchan la advetencia de las madres, que con fuertes rugidos avisan la presencia de las orcas.
Cada día que pasa, las loberías de Punta Norte, van sufriendo bajas. En una buena temporada de varamiento intencional, aproximadamente un 10% de las crías nacidas en enero se convierten, en alimento de las orcas. Pero los sobrevivientes, crueles testigos de la súbita embestida de las orcas y de la violenta captura de un compañero de juego, van comprendiendo la ley de supervivencia y dejan de estar tan distraidos en la rompiente. Aprenden con los golpes de la vida, empiezan a estar mas alertas y menos expuestos. Para fines de abril, comienzos de mayo, el tamaño y la astucia de los lobitos, crea en las orcas la necesidad de concentrar sus energias en otras alternativas alimenticias, relegando este bocado para el año próximo, en la proxima temporada de orcas.