Las formas que tienen las ballenas en general son realmente muy diferentes a cualquier otro ser vivo y su tamaño no puede compararse con el de nuestra especie. Pero a pesar de ser la morfología tan diferente a la nuestra, la anatomía nos acerca a esta especie monumental de ser vivo.
Los humanos compartimos un cierto parentesco a partir de algunas características con los seres mas grandes del planeta. Ambos somos mamíferos, es decir, vertebrados, de sangre caliente con pelos y glándulas mamárias. Según los descubrimientos científicos descendemos de un antepasado común. que se remonta a finales del triásico, hace más de 200 millones de años. Conocer este significativo lazo familiar, nos permite reconocer una importante afinidad con los mamíferos, inclusive los marinos.
Los adultos alcanzan a medir hasta 17 m de longitud y como sucede en otras especies del género, las hembras son mas grandes que los machos, para poder albergar a la cría dentro de su cuerpo, después de la gestación. Estos animales pueden llegar a pesar mas de 50 toneladas y como dato auxiliar los recién nacidos miden 5 m de largo de los cuales un pequeño porcentaje de los ballenatos nacen blancos o grisaceos, oscureciendo con el paso de los años.
Con solo comparar la relación de la cabeza de la ballena que representa un tercio de todo su cuerpo y la del humano de apenas un octavo, es fácil entender que la diferencia entre especies es tremenda. La gran mayoría de los animales marinos, focalizan su percepción de un mundo que reposa horizontalmente dentro de un medio acuoso y frío, y la cabeza es lo primero que avanza cuando se propulsa con la cola.
Una piel lisa y elástica de coloración oscura, envuelve todo su cuerpo, en los ballenatos suele ser más clara que la de los adultos y son bastante comunes los ejemplos com manchas blancas en el vientre y ocasionalmente en el dorso. Bajo la piel, que renuevan constantemente, poseen una gruesa capa de grasa, con un espesor de entre 14 y 35 cm que varía de acuerdo a la zona del cuerpo y la estación del año.
La linea de la boca está fuertemente inclinada y el rostro está arqueado, es muy estrecho cuando se ve desde arriba. En las ballenas francas no hay rastro de la aleta dorsal como ocurre con la ballena azul o la yubarta. Su espalda es lisa y ancha. Las aletas son grandes y miden hasta 1,7 m de largo, la aleta caudal puede medir 4 metros de envergadura.