Los callos que las ballenas francas australes tienen en distintas partes de la cabeza, a simple vista resultan extraños, sobre todo cuando uno ve a esta especie de ballena por primera vez y ni siquiera sabe donde está la cabeza y donde la cola.Esos parches claros y raros ayudan a crear un animal de formas muy extrañas. Estas callosidades de formas duras y claras, tienen una base aspera. Si bien todas las ballenas francas tienen estos engrosamientos de la piel no todos lo tienen en el mismo lugar ni de igual forma.
Cada ballena tiene su propia distribución de callos Estos callos aislados, tienen unos 5 cm de altura, se forman en la etapa fetal y se desarrollan con el crecimiento del animal, a lo largo de toda su vida. Los patrones de estas callosidades son particulares de cada individuo, es decir son un distintivo utilizados por los investigadores para identificar a las ballenas entre sí.
Estas callosidades, presentan poblaciones de pequeños crustáceos, llamados ciámidos, conocidos por su nombre vulgar de piojos de ballena, en algunas ocaciones se intercalan con cirripedios que hacen que las callosidades tomen un color mas amarillento o anaranjado.Según un interesante y muy deductivo estudio realizado por Vicky Rowntree, sobre los ciámidos esta convivencia entre especies lleva mas de 6 millones de años, aseguran que estos parásitos externos inofensivos, aunque tal vez por veces molestos, tienen en su ADN mas información sobre la ballena, que la ballena misma.